A partir de los años 70 del siglo XX, desde centros de resistencia que se establecieron en la Patagonia para luchar desde la ‘periferia’ contra las dictaduras chilena y argentina, se produce una literatura que muy conscientemente trabaja contra el discurso tópico sobre la región más austral de América. Esta nueva literatura patagónica se constituye de manera consecuente como menor, periférica y contestataria. Al posicionarse ‘desérticamente’ expone su lugar de enunciación, ostenta la existencia de sus autores, los reivindica y exalta para, al mismo tiempo, borrar sus huellas.
Hablar entonces de ‘autoría estratégica’ en la literatura patagónica actual no significa recaer en un geodeterminismo o esencialismo anacrónico, sino marcar una posición geopolítica desde la que se mira: afirmar una estrategia necesaria para visibilizar lo diferente y alejado de los centros de poder y manifestar una especificidad que en su misma articulación recién se constituye.
De tal manera, los autores patagónicos analizados en el presente volumen se inscriben en el contexto global mediante estrategias y tácticas de visibilización que reivindican lo local sin esencializarlo. Levantan una voz hasta poco silenciada y desarrollan estéticas (pos)modernas a la vez arraigadas en tradiciones culturales locales como la mapuche. Así, no solo proponen una nueva literatura ‘regional’ aún poco estudiada internacionalmente, sino que ofrecen un ejemplo para el gran desafío contemporáneo: la ubicación y definición glocal de sujetos culturales en contextos sociales, políticos y económicos cada vez más globales.